El Informe de Control Específico N.° 025-2025-OCI/0337-SCC reveló que el supervisor de la obra “Reconstrucción del tramo 1-1691 de la Av. Toribio de Luzuriaga, desde la Av. Antonio Raymondi hasta la Av. Villón, en el distrito de Huaraz”, habría ejercido funciones de manera simultánea en otras dos obras públicas, contraviniendo la normativa de contrataciones del Estado.
De acuerdo con la Contraloría, el ingeniero Erick Armin Ríos Barrenechea (CIP N.° 76971), quien asumió la supervisión de la obra en abril de 2025, prestaba servicios en paralelo como supervisor en el proyecto de movilidad urbana en San Antonio (Huarochirí, Lima) y como residente en una obra en el centro poblado de Nuevo Progreso, distrito de Chavín de Huántar (Huari, Áncash). Esta situación habría ocasionado su ausencia en Huaraz, pagos en exceso y la inaplicación de penalidades por inasistencias.
El contrato de supervisión —suscrito con el consorcio “Mit” por S/ 247,833.06— establecía la presencia permanente de un supervisor en la obra, tal como lo exige el Reglamento de Contrataciones. Sin embargo, las inspecciones realizadas por el equipo de control entre junio y julio de 2025 constataron deficiencias graves en la ejecución: falta de equipos para desvío y mantenimiento de tránsito, incumplimiento en el relleno de sub base granular y omisión en la construcción del alcantarillado pluvial, lo que podría comprometer la durabilidad del pavimento y generar riesgos de accidentes y desbordes en época de lluvias.
La Contraloría advirtió que la Municipalidad Provincial de Huaraz aprobó el cambio de supervisor cuando la obra estaba paralizada, lo que refleja deficiencias en la gestión de David Rosales.
