
La Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) acaba de entregar la buena pro para la carretera Yungay-Llanganuco-Yanama-Llacma, una obra que supera los S/ 710 millones y que se vende como un “anhelo histórico” de Áncash.
El proyecto, según los comunicados oficiales, conectará el Callejón de Huaylas con los Conchucos, impulsará el turismo y “despegará económicamente a la región”. Una narrativa que conocemos de memoria: promesas envueltas en cintas tricolores, mientras detrás de los contratos se mueven empresas con historiales polémicos.
Los ganadores del botín
La construcción y diseño (S/ 684’934,000.43) quedó en manos del Consorcio Huascarán, formado por:
- Chavín Engineering & Construction SAC (RUC 20254813720).
- China Gezhouba Group Company Limited Sucursal Perú (RUC 20602371442).
La supervisión (S/ 26’049,840.87) fue para el Consorcio Camino del Huascarán, integrado por:
- Conurma Ingenieros Consultores S.L. Sucursal Perú (RUC 20601137624).
- H & C Ingenieros Consultores SAC (RUC 20513943998).
China Gezhouba: ¿desarrollo o pesadilla importada?
La presencia de China Gezhouba en el Perú no es nueva. Forma parte del conglomerado estatal chino China Energy Engineering Group y ya ha estado en contratos de envergadura. ¿El problema? Donde entra, abundan los reclamos y las sombras.
- Según Perú21, proveedores y subcontratistas denuncian que la empresa dejó de pagarles más de S/ 23 millones, dejándolos en la quiebra.
- El mismo medio reportó que Gezhouba fue vinculada a la “red de las coimas” del entorno de Martín Vizcarra, a través de un contrato de Provías en Moquegua.
- El Comercio recogió la voz de empresarios que aún esperan que les cancelen más de S/ 10 millones por materiales y servicios en carreteras ejecutadas por la firma.
- Y por si fuera poco, en hospitales adjudicados al consorcio chino en Huamachuco y Bambamarca (por más de S/ 140 millones cada uno), los retrasos y denuncias de corrupción han sido titulares en el norte del país.
A nivel internacional, la empresa también carga con arbitrajes en Bolivia, conflictos ambientales en Argentina y sobrecostos en Ecuador.
El problema de la “supervisión”
Mientras tanto, la supervisión fue otorgada a un consorcio que combina capitales españoles y peruanos. En el papel, deberían ser los “guardianes” del buen uso de los S/ 710 millones. En la práctica, la historia peruana muestra que la supervisión suele mirar hacia otro lado mientras las constructoras inflan presupuestos, acumulan retrasos y negocian adicionales de obra.
Áncash, tierra de carreteras infladas
No es la primera vez que se promete el cielo con el asfalto. La carretera Carhuaz-Chacas-San Luis, inaugurada con bombos y platillos hace una década, terminó en baches, arbitrajes y sospechas de corrupción.
Hoy, con el nuevo contrato, se repite el libreto: discursos de prosperidad, promesas de turismo y cifras millonarias. Lo que no cambia es la fragilidad institucional que convierte las obras en botines.







