La Municipalidad Distrital de Anra, bajo la gestión de Héctor Fernando Espinoza Avendaño, viene incumpliendo su función clave de constituir formalmente al prestador de servicios de agua potable y saneamiento en su jurisdicción. Esta omisión podría comprometer seriamente la calidad y continuidad de los servicios en el distrito, ubicado en la provincia de Huari, región Áncash.
El Organismo Supervisor de la Inversión en Saneamiento (Sunass), a través de su oficina descentralizada en Huaraz, realizó el pasado 15 de abril de 2025 una fiscalización a la Junta Administradora de Servicios de Saneamiento (JASS) de Anra. Producto de esta inspección se emitió el Informe N.° 0078-2025-SUNASS-ODS-HUR-ESP, donde se señala que dicha JASS no se encuentra reconocida como prestador formal, y por tanto opera de forma irregular.
El documento detalla que si bien la municipalidad otorgó una constancia de inscripción a la JASS, esta no cuenta con fecha de emisión, lo que impide verificar su validez conforme al nuevo reglamento del Decreto Legislativo N.º 1280, vigente desde noviembre de 2024. Además, el periodo del actual consejo directivo de la JASS culminó el 19 de marzo de 2025, lo que agrava su condición de informalidad.
Durante la inspección también se evidenció que el servicio de agua potable se brinda sin tratamiento y con libros padrón desactualizados, según lo informado por el propio representante de la JASS.
RECOMENDACIONES URGENTES
Sunass recomendó a la Municipalidad de Anra adoptar una serie de medidas correctivas, entre ellas:
- Ensayar la dosis óptima de cloro para garantizar desinfección efectiva.
- Elaborar un manual de operación y mantenimiento del sistema de agua.
- Capacitar al personal de la JASS en temas técnicos y administrativos.
- Realizar monitoreo y registros del cloro residual y calidad del agua.
- Implementar el control de recaudos, cierres y reaperturas de conexiones.
- Gestionar licencias de uso de agua y mantener en buen estado la infraestructura.
Entre otras observaciones, Sunass también detectó la necesidad de retirar elementos oxidados, vegetación cerca de las estructuras de captación, y de adquirir equipos de medición para garantizar la calidad del servicio.
De no corregirse esta situación, la población de Anra podría quedar expuesta a consumir agua no apta para el consumo humano, lo cual pone en riesgo la salud pública y revela una alarmante falta de gestión por parte de la autoridad edil.
