ANCASH: 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗘𝗡 𝗘𝗟 ’𝟳𝟬: ¿𝗢𝗧𝗥𝗔 𝗧𝗥𝗔𝗚𝗘𝗗𝗜𝗔 𝗘𝗡 𝗬𝗨𝗡𝗚𝗔𝗬?

El Huascarán vuelve a ser noticia. Pero no por su majestuosidad, ni por las postales turísticas de la Cordillera Blanca, sino por un dato que hiela la sangre: un bloque glaciar de 28 millones de metros cúbicos, ubicado en el pico sur, podría desprenderse en cualquier momento. De hacerlo, provocaría un aluvión con capacidad destructiva similar —o superior— al que arrasó Yungay en 1970.

Así lo revela el reciente informe del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM), organismo técnico adscrito al MINAM. La alerta no es simbólica ni especulativa. Está basada en simulaciones científicas que modelan tres escenarios posibles, todos catastróficos.

𝗘𝗹 𝗲𝘀𝗰𝗲𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼 𝗺á𝘀 𝗲𝘅𝘁𝗿𝗲𝗺𝗼 —el colapso total del glaciar inestable Raimondi 3— proyecta un flujo de lodo, hielo y rocas con velocidades de hasta 118 m/s y alturas de casi 180 metros. El tiempo de impacto para las zonas más cercanas: entre 6 y 12 minutos. Margen insuficiente para evacuar si no hay sistemas de alerta instalados ni una población preparada.

𝗟𝗼𝘀 𝗽𝘂𝗲𝗯𝗹𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗺𝗶𝗿𝗮

Los datos son fríos, pero claros: más de 10 mil personas estarían directamente expuestas si ocurre el desprendimiento. Las zonas más vulnerables —según el informe— son Mancos, Cutatambo, Chimpa Mancos, Shocosh, San Vicente, Apagrande, Caranca Pampa y Ranrahirca, todas ubicadas en las provincias de Yungay y Carhuaz.

El riesgo no es nuevo. El mismo glaciar ya ha presentado signos de inestabilidad. Entre mayo y junio de 2025, se registraron cuatro avalanchas pequeñas que generaron nubes de polvo de hielo visibles desde los caseríos aledaños. El patrón climático —temperaturas por encima de los 25 °C en días consecutivos— ha sido un detonante. La tendencia al calentamiento, registrada desde los años 80, agrava el problema.

𝗠𝗲𝗺𝗼𝗿𝗶𝗮 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝘁𝗿𝗮𝗴𝗲𝗱𝗶𝗮

El 31 de mayo de 1970, un terremoto provocó el colapso del glaciar 511 del Huascarán Norte. La avalancha arrasó completamente Yungay y Ranrahirca, sepultando a más de 7,000 personas. Fue una de las tragedias naturales más letales del siglo XX en América Latina. Hoy, más de 50 años después, el escenario se repite con nuevas variables: cambio climático, mayor población expuesta y falta de acción efectiva del Estado.

𝗟𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝘀𝗲 𝗲𝘀𝘁á 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼

El informe de INAIGEM no solo advierte el peligro. También recomienda acciones urgentes:

  • Implementar un Sistema de Alerta Temprana (SAT) comunitario.
  • Señalización de rutas de evacuación y zonas seguras.
  • Simulacros periódicos, con participación activa de las autoridades locales y población.
  • Difusión de la información técnica, en lenguaje accesible para la comunidad.
  • Capacitación escolar, con enfoque en gestión de riesgos.

Sin embargo, gran parte de estas medidas siguen en papel. En algunos distritos ni siquiera se cuenta con un plan de evacuación validado por Defensa Civil. ¿Estamos esperando que vuelva a ocurrir una tragedia para actuar?.

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